martes, 11 de agosto de 2009

Efectos de Dogmatización y Pensamiento Unico. Cartografías desde el Cuerpo Universitario. Claudia Huergo.

I CONGRESO DE INVESTIGACIÓN Y PRACTICA PROFESIONAL EN PSICOLOGÍA. XVI JORNADAS DE INVESTIGACIÓN-UBA 6, 7, 8 de agosto de 2009

Simposio La Investigación Actual en Psicología y el Riesgo de la Dogmatización a partir del Pensamiento Único. Una Mirada desde la Psicología Política.
Coordina: Angel Rodríguez Kauth. Universidad Nacional de San Luis. Argentina.
Participan:
• Angel Rodríguez Kauth. Universidad Nacional de San Luis. Argentina.

• Claudia Huergo. Universidad Nacional de Córdoba. Argentina.
• Elio Rodolfo Parisí. Universidad Nacional de San Luis. Argentina.

EFECTOS DE DOGMATIZACION Y PENSAMIENTO UNICO. CARTOGRAFIAS DESDE EL CUERPO UNIVERSITARIO. Claudia Huergo.

Agradezco primero la invitación a este Simposio de Angel y Rodolfo. Mi estar aquí en medio de esta mesa es uno de los impensables de los que pienso hablar hoy. Esto no suele pasar todos los días. Las cosas no suelen estar pensadas para que esto pase. Desde la cuadricula que nos encasilla en estos tiempos, ellos son “sociales y politicos”, yo soy “individual y clínica”. Sin embargo, tenemos un sustrato de problemas comunes, trabajamos en universidades públicas, y nos duele el mundo.

Pero aparte, producimos parecido. Vamos al encuentro de las cosas. Nos desmarcamos. No sólo hablamos de desnaturalizar, hacemos pasar ese movimiento por los actos y por el cuerpo.

Aparte de mi tarea docente en la Cátedra de Psicoanálisis de la Facultad de Psicología de la UNC, sostengo trabajos con grupos muy dispares pero a la vez articulados. Colaboro con un Seminario de formación en terapias alternativas a la internación psiquiatríca de un Centro Psicosocial. Desde allí y con otros colectivos conformamos una Mesa de Trabajo Permanente de Salud Mental y DDHH en Cba, creada con el objetivo de trabajar en forma intersectorial e interdisciplinaria sobre un anteproyecto de ley en SM para nuestra provincia, del que ya tenemos el primer borrador que entra en una nueva ronda de consultas. A partir de esto me muevo mucho entre instituciones públicas, y privadas, servicios de SM de hospitales generales, monovalentes. Dejé el lugar de supervisora de Practicas pre profesionales en la universidad para proponer un trabajo de extensión al modo de grupos de análisis de la propia implicación con practicantes, residentes y gente que está haciendo sus primeras experiencias laborales, co-pensando con ellos los efectos de la precarización laboral y de la servidumbre voluntaria que instala. Colaboro con grupos de militantes sociales ayudándoles a pensar sus obstáculos organizativos. Soy corresponsal en Córdoba de la Revista de Psicoanálisis, Sociedad y Cultura, Topía. Escribo mucho, todo el tiempo, crónicas, ensayos, pasquines, encontré que la escritura es una herramienta muy importante para acompañar todos estos trabajos. Escribo para mis compañeros, sobre lo que nos pasa, nuestros obstáculos, nuestros puntos ciegos. Hago circular lo que escribo por mail. No tengo miedo que me roben las ideas. Estimulo el robo, el rapto, todos los movimientos deseantes y de construcción de poder alternativos. Todos estos trabajos atraviesan de algún modo la vida académica. Pero todos están fuera de escuadra. Para el psicoanálisis hegemónico que se practica y cosecha en los ambitos académicos y privados (que son los mismos grupos) “eso no es psicoanálisis”. Muy social, para ser psicoanalista. Muy clínico para ser social. Muy ideológico para ser ciencia. Muy científico para ser literatura. Esto me da ventajas y desventajas. La ventaja es que hago lo que quiero, y quiero lo que hago, y es un hacer que nunca está disociado, siempre está implicado en el ámbito de problemas que me muevo. Otra ventaja es que mi potencia de acción aumentó considerablemente, al estar articulada en redes. Muevo y ayudo a mover más cosas que lo que nunca pude. Tengo diagnósticos mucho más precisos y situacionales, puedo elegir donde operar, con quienes, propongo cosas, me proponen cosas, tomo lo que puedo y lo que no, conozco los circuitos y los facilitadores para entramarlo. Lo que siempre soñé que quería hacer desde la universidad pública. Pero tengo un problema. Cada vez más mis movimientos quedan en offside respecto a los requisitos y condiciones de permanencia. No puedo hacer todo lo que hago, y aparte, hacer todo lo contrario. No puedo tratar a lo público como si fuera privado. No puedo estar en la línea de fuego siguiendo esa realidad que se mueve todo el tiempo y encerrarme en mi bunker para salir dos años después con una investigación al respecto. No puedo atender al juego del incentivo y distraerme de los que se juegan la vida cuando se les van cerrando todas las opciones. Cuando alguien quiere ayudarme a entrar en el circuito de la actual vida académica, cuando me proponen reconvertir mis movimientos, les digo que hagamos al revés: yo los ayudo a cambiar el sistema para que más puedan hacer lo que yo hago.

Poder hacer lo que hago, moverme así, no hubiera sido posible si no hubiera transformado la biografía de mis desatinos académicos, mis supuestas zonas erróneas, una un mapa, una geografía que me ayudara a dilucidar los puntos de impensable con que me topaba todo el tiempo. Ahora sí, voy a hablar de los impensables, y de los riesgos.

ANGUSTIA

Hace poco tuve un sueño. Abría la cartera y empezaban a brotar a borbotones cupones de descuento de una importante cadena de supermercados. Me inundaban, me tapaban, y todos estaban vencidos. Habían pasado enormes oportunidades. Yo las había dejado pasar. Quedaba expuesto, en evidencia, que no estaba usando los beneficios que el sistema me otorgaba. Una mirada reprobatoria, materna, astral, llegaba en el punto exacto a mostrarme: ves? Por eso te va como te va. La angustia era fuerte, pero no alcanzó a despertarme. Seguí soñando. El sueño pasaba inmediatamente a otra escena: Abría mi correo electrónico y me inundaban los correos de la facultad, con las ofertas de postgrado, maestrias, jornadas, congresos, anuncios de prorrogas para categorizaciones, recordatorios de última fechas para algo….y nuevamente, todos estaban vencidos. El tren pasaba por segunda vez, y yo lo dejaba pasar. De nuevo se posaba sobre mí una mirada reprobatoria, maternal, decanal, diciendo: ves? No usás los beneficios del sistema. Por eso te va como te va. Aquí ya la función del sueño falló. La angustia me despertó. La angustia, ya lo decía Freud, despierta. El tema es qué hacer una vez despiertos.

DESPERTAR

Si el despertar está en continuidad con la pesadilla, y no hay ninguna estrategia articulada de resistencia ni de contra-movimiento, sólo queda adormecernos de nuevo. Las formas de adormecimiento que propone el mercado están fuertemente entramadas al consumo. La vida académica no escapa a esta oferta. Transformar la producción en consumo. Producir para consumidores de oferta académica. Las complejas relaciones sociales que derivan de esa circulación quedan aplanadas bajo el llamado del mercado. Esa naturalización se vería en el ámbito de la transmisión y producción de conocimiento como zonas de impensables.

ZONAS DE IMPENSABLES

Los impensables son zonas de adormecimiento. No sólo cono de sombras, no sólo lugares donde no llega el entendimiento, el pensamiento crítico. Hago referencia al adormecimiento porque implica al cuerpo y a los movimientos posibles

Las zonas de impensables crecen a la sombras de las hegemonías, que marcan los movimientos posibles.

LO IMPENSABLE- LA CULTURA PSI COMO PRODUCTORA DE IMPENSABLES

La zona de impensable, se conjuga perfectamente con un efecto de transmisión dogmática y pensamiento único. Por ejemplo, Ana M. Fernández habla de una cultura psi,[1] que produce como fuertes impensados las dimensiones políticas, sociales e históricas de las condiciones de producción de eso que luego se dará en llamar sujeto. Por lo tanto, esa noción tan cara a nuestros desarrollos, viene preñada de una zona de impensable, que fue producida por sucesivos vaciamientos y desfondamientos de dos décadas de políticas neoliberales. Lo impensable acota el campo de lo pensable, de lo imaginable y de lo deseable, y por lo tanto, estrecha el campo de lo posible.

A modo de ejemplo

Hoy es impensable que alguien se mueva por fuera de las lógicas de mercado.

La hegemonía lacaniana lo entendió muy bien, y marcha a todo vapor detrás de la pesquiza de “nuevas formas clínicas”. Ellos argumentan, que investigan la realidad y descubren “nuevas formas clínicas” En esto, funciona de un modo muy parecido a la empresa diagnosticante a la cual critica: la hegemonía del DSM IV. Esto llevó a una lucha sin cuartel en Francia, lucha por un mercado de consultas básicamente. En medio del fragor de esa lucha, producen enunciados, en una articulación entre postulados estructuralistas y post-estructuralistas, con apoyatura en las lecturas que empezaron a hacerse en los 80- 90 de autores como Foucault, Derrida, Deleuze. Estos desarrollos, producidos en las decadas de los 50 y 60 fueron utilizados en los 80 y 90 para apoyar las tesis de la nueva era postmoderna. Recortaron así sus aportes complejos para enfatizar el carácter fragmentario y heterogéneo de la realidad, negaron la capacidad del pensamiento humano de alcanzar una explicación objetiva y plantearon la incapacidad de fundar la oposición al poder que pretendieron articular. En definitiva decretaron el triunfo del “pensamiento débil”. Todo es discurso, texto de textos, imágenes, sujetos sujetados, sujetos construidos[2]. Desde ese impensable inherente a su propia producción de enunciados, producen una nueva forma clínica a la que llaman “activismo”[3] en clara referencia al activismo político. Y lo emparentan al desenfreno, a la manía, al pasaje al acto. Sin duda sus livianos sujetos posmodernos sólo realizan paseos de compras, consumen cuotas y créditos, y se comprometen políticamente aventurándose en tours fotográficos por las grandes favelas. Lo impensable no es ni más ni menos que el espectro político-ideológico que no entra dentro de su ideología conservadora. Imaginemos que llega el momento en que consideremos una forma clínica la indiferencia, abulia, apatía, aislamiento social de muchos de estos analistas. Si a esto los lleva su noción de sujeto, imaginemos lo que pasará con su noción de lo real, que consideran lo más inapelable: un caballo de Troya que entra a la vida universitaria preñado de ideología conservadora y reaccionaria.[4]

LO IMPENSABLE ARTICULA A LO DOGMATICO- SIN INTERPELACION, NO HAY PENSAMIENTO CRITICO

Si parte importante de la realidad no entra a la Universidad, ni la Universidad necesita salir para transformar nada, nada confronta ni interpela esa construcción. Deviene hegemónica, dogmática, infranqueable. A lo sumo, si algo la confronta, sería anomalía. Por eso los movimientos de un activista son impensables para ese grupo de ideólogos conservadores amparados en el psicoanálisis.

El recurso a la diversidad

Así como en otro momento el recurso a la diversidad parecía una garantía, hoy esa diversidad entra perfectamente en la segmentación de consumos; con un similar sustrato político ideológico, la diversidad apenas es un modo de fragmentar. Ejemplos: desde diferentes paradigmas se hace y se produce más o menos en torno a lo mismo, se problematiza lo mismo, y los puntos de llegada, al menos en materia de transformación quedan a la espera colgados del mismo perchero. Lo que se hace o deja de hacer por ejemplo en un servicio de salud mental de un hospital general o un psiquiátrico no es muy distinto aunque sea un servicio biologicista o de orientación psicoanalítica. (Pensemos en los tiempos de espera para conseguir una consulta, la inexistente articulación del trabajo “con el afuera”, el trabajo ortopédico sobre la pobreza, etc). Los movimientos que el mercado y las políticas en salud habilitan, no difieren demasiado para unos y para otros: el famoso “techo” de nuestras prácticas, es ideológico, político y económico. Por lo tanto esa diversidad enunciada formalmente se sustenta en un mismo sustrato “piso” de correspondencia: podemos pasarnos la vida enunciando micro-diferencias, siempre que no cuestionemos esa matriz ideológica-política-económica. Para algunos desprevenidos será este un impensable, para otros, un efecto no buscado pero capitalizado, para otros, un efecto buscado.

Lo que entra en el consumo se objetaliza. Lo que no entra en el consumo, también.

Así se institucionalizan las situaciones de “abandono controlado”, al modelo de los discapacitados. De allí en más, serán objeto de asistencia social, que como siempre, tardará en llegar.

Esta institucionalización del abandono, será en todo caso la materia prima de la que nuevamente se hará objeto de investigación, de práctica, de teoría. Pero por más que entre a ese campo a investigar, ya se corrieron varios puntos más, las zonas de impensables

LO IMPENSABLE CONECTA A LO IMPOSIBLE

Toda esa circulación en torno a la miseria, al desecho, no deja de ser un impensable. Preguntas como ¿qué efecto produce el paco? ¿Porqué alguien consume hasta morirse? producen saberes que asumen que la relación con la vida y la muerte de esas personas se monta del mismo modo que la expectativa de vida de un universitario clase media. Quizá a esta gente no le interesa tanto pensar cómo se puede morir consumiendo paco, porque en general una bala los mata primero. Así que conocen más gente muerta por balas y gatillos fáciles, que los estertores que producen las malas sinapsis neuronales. Estas preguntas de salón, que comandan tantas investigaciones, son casi un acto de revictimización. De allí, sin duda salen también hiperespecialidades, que se montan sobre improbables trabajos ortopédicos, que acompañan al modelo predatorio y devastador del capitalismo. Así podemos entender que el trabajo ortopédico sea funcional a la fragmentación del campo. En lo público se multiplican secretarias y programas de violencia, adicciones, maltrato, genero, ddhh, y esto florece sobre un campo de devastación y desarticulación pocas veces visto en salud. Del mismo modo que el monocultivo sojero florece al lado de la devastación, desertificación y empobrecimiento de comunidades enteras.

Esto es evidente al constatar la ausencia de debate: si no hay nada que transformar, sólo estamos en la parte cosmética, dando retoques.

Los estrategas de estas políticas quieren asimilar esa falta de debate a un supuesto aprendizaje de convivencia y tolerancia institucional. Sin embargo, se parece más a la paz de los cementerios

Sobre esa desactivación del conflicto, despolitización de los espacios, patologización de lo social, nuevamente el brazo ideológico construye hegemonía. Para esto se sobrevalúa el equilibrio, la tranquilidad, la seguridad, puertos deseados que configuran hoy los nuevos ghetos voluntarios. Lugares donde estar a resguardo del mundo, del dolor, de las pasiones. Incluso el diseño arquitectónico remarca la simpleza de las líneas, la sobriedad, el equilibrio de las formas…micro mundos privados pensados como pequeños mundos dentro del mundo. El paradigma del adormecimiento, la fuerte droga de la indiferencia frente al dolor ajeno.

Si los impensables son zonas de adormecimiento, el despertar se parecería al dolor, al hormigueo, al uso de una parte del cuerpo que, de estar durante largo tiempo inutilizada, empieza a moverse y empezamos a descubrir a través del dolor partes que no usábamos, movimientos que no conocíamos.

Creo que es necesario restituir la dimensión del cuerpo en nuestras investigaciones. Hacer pasar la teoría por el cuerpo. Cuando alguien trae un tema de investigación, alumnos, para que les dirija su tesina, yo empiezo a investigar: dónde les duele ese tema? Recién si logro descubrir con ellos que lo que quieren investigar les duele en alguna parte, convengo que tienen un tema de investigación. Si no, tienen un problema, la universidad pública tiene un problema, lo público está en problemas con una universidad pública que sólo quiere adormecerse en sus asfaltados circuitos internos

Yo hice la prueba de ensayar distintos movimientos como universitaria. Me crujieron los huesos por todos lados. Ninguno de mis movimientos está previsto, protegido y menos que menos fomentado por estas políticas universitarias. Estoy todo el tiempo en off side. Nuevamente: sólo cuando pude transformar la biografía de mis desatinos académicos, en una geografía de las zonas de impensables que producen las actuales politicas, pude entender muchas cosas, accionar, entramarme, formar redes, trabajar conjuntamente con la comunidad, con el afuera. No es un mundo tóxico.

Volviendo a la pesadilla con que inicié esta crónica, creo que el capitalismo también nos mata en sueños. Nos deja en el limbo, nos quita el cuerpo, nos transforma en pura esencia consumiente. Vencerlo implica volver a circular por los espacios, como quien recorre un campo devastado, buscando algún sobreviviente. Corroborando quienes están sólo adormecidos, y quienes están muertos. Puede ser desolador. Nadie, sólo, puede sostener una vigilia o alerta constante, sin enloquecer, sin explotar, sin reventar. Para eso hay que entramarse, vencer al monstruo implica entramarse colectivamente. Y desde ahí, puedo decirle al mandato represor de mis sueños, ese que me decía: “ves, por eso te va como te va”, que en realidad, comparativamente, me va muy bien. Estoy viva, lúcida, salí del síndrome de mortificación que describe Ulloa, el contentamiento de la acción me volvió al cuerpo, y eso empieza a tomar cuerpo en trabajos colectivos, con otros. Sólo queda transformarnos para transformar la universidad, para transformar la sociedad, y no seguir a contramano de la vida.

Muchas gracias



[1] Podría acordarse en denominar cultura psi a aquel universo de significaciones, prácticas,

sensibilidades, que organiza un modo muy particular de pensar y de vivir desde donde se establecen

órdenes de prioridades y criterios causales que si no estuvieran tan naturalizados no dejarían de

llamarnos la atención; considera, por ejemplo, que las elecciones y características singulares de las

personas tienen siempre un fundamento psíquico, de orden psicológico. Implica considerar también que

los problemas que las aquejan, los conflictos que no pueden resolver son igualmente de origen

psicológico, por ende son implicados en una lógica de causa psíquica y abordados por dispositivos psi.

Pueden variar las orientaciones teóricas y los modos de intervención, pero se considera que la gente -categoría

abstracta si las hay -sufre por conflictos individuales que no pueden resolver cada uno por sí

mismo; si alguien no puede resolver sus problemas se deberá, sin dudas, a fragilidades en la

constitución de su psiquismo. De tal modo, la cultura psi ha naturalizado su psicologización de lo

social. Este modo tan particular de pensar, sentir, actuar, juzgar, elegir, si bien tiene sus puntos de

partida en las capas medias, particularmente en la Argentina, hoy se extiende a partir de múltiples

focos del tejido social. Voy a recordar aquí a Bajktin cuando decía que: “hay muy poco individual en

lo que expresa un individuo”. La psicologización de lo social implica toda una tendencia a reducir al máximo los investimentos en lo público y a valorar lo más posible las prioridades de la vida privada”.

XIII Jornadas de Investigación “Las dimensiones políticas de la investigación en Psicología”. Simposio 11/08/2006. Ana María Fernández

[2] Cfr Carpintero, Enrique Modelos socioculturales del poder VI. Desesperanza y Postmodernidad: síntoma social y proyecto político. La Tecla Ñ. http://lateclaene.blogspot.com/2008/12/ensayomodelos-socioculturales-del-poder.html

[3] Nuevas formas clínicas: “errancia, activismo, pasaje al acto, desenfreno”. Título de una de las intervenciones preparatorias al ENAPaOL a desarrollarse en agosto en Bs As

[4] Cfr Huergo, Claudia: Sobre los más comunes extravíos y degradaciones de la vida política de los analistas en el seno de las políticas de escuela. A propósito de la pandemia h1n1”. Art. De próxima publicación en Topia virtual, Revista de Psicoanálisis, Sociedad y Cultura. www.topia.com.ar